El apuro por no llegar tarde al colegio o a nuestras ocupaciones sumado a la somnolencia de los primeros momentos de la mañana, en ocasiones impiden realizar la primera comida del día correctamente.
El desayuno debería cubrir el 25% de las necesidades calóricas del niño en edad escolar. El aporte energético del desayuno es de gran importancia, ya que permitirá lograr un adecuado rendimiento tanto físico como intelectual, en la jornada matutina, permitiendo una mayor capacidad de atención, concentración y memoria.
Desayunar es imprescindible para lograr una alimentación ordenada y adecuada durante el día, evitando el sobreconsumo en las demás comidas, es decir que evita que el almuerzo resulte elevado en calorías y desproporcionado en nutrientes, relacionándose esta situación con sobrepeso y obesidad infantil al tender a aumentar ingesta de grasas y azúcares.
El desayuno marca la pauta de la alimentación diaria, y si lo suprimimos, los horarios de comida pueden empezar a alterarse. Las personas que desayunan diariamente tienen una alimentación de mayor calidad.
La familia debe tratar de organizarse para poder disfrutar de un buen desayuno y que éste forme parte de la rutina. Algunas sugerencias para lograrlo:
1. Conversar con los chicos sobre la importancia del desayuno y acompañarlos con el ejemplo.
2. Adelantar la preparación la noche anterior lo máximo posible, ejemplo disponiendo las tazas sobre la mesa, tostando pan con anterioridad, etc.
3. Lograr que los chicos se acuesten temprano, favorecerá a que no les cueste levantarse al día siguiente.
4. Despertarlos con el tiempo suficiente para que no tengan la necesidad de comer y beber rápido ya que el apuro les puede ocasionar malestar gastrointestinal.
5. Es usual escuchar a los niños referir que desayunar los hace “sentir mal” o que “no tienen hambre por la mañana”. El desayuno es un hábito, y como tal hay que educarlo poco a poco, en estos casos debemos empezar introduciendo desayunos ligeros, hasta que lleguemos al adecuado.
Y qué debemos desayunar:
Un correcto desayuno deberá incluir un lácteo, un cereal y una fruta.
Los LACTEOS: leches, yogur y quesos, son la principal fuente de calcio de la alimentación, cuando se suprimen el desayuno, difícilmente se llegue a alcanzar las recomendaciones diarias de este mineral, imprescindible en esta edad para el correcto desarrollo y crecimiento de los huesos.
Los CEREALES: pan, galletitas o cereales de desayuno sin azúcar agregada que suelen estar reforzados en vitaminas y minerales siendo también una buena fuente de fibra
Las FRUTAS: fresca o en jugos exprimidos. De las dos opciones es recomendable la primera por un mayor poder de saciedad y por aprovechar la fibra y demás componentes que pierde la fruta al exprimirla.
Las siguientes son algunas opciones para lo largo de la semana:
Por lo expuesto entendemos que empezar la mañana con un buen desayuno nos llevará a afrontar el día que tenemos por delante con energía renovada y a encauzar el ritmo correcto de nuestra alimentación.
Por la Licenciada Verónica Costantino
Nutricionista
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